Hojas de roble (Tanka)
Ayer cayeron.
Siempre acaban cayendo.
Hojas de roble,
el terciopelo firme
hoy tan frágil, se quiebra.
Siempre lo he dicho: prefiero el otoño a cualquier otra estación del año, a pesar de su melancolía, o tal vez por ella.
Ayer, regando el pequeño roble que cuido desde hace poco más de dos años, desde un primero de octubre sereno y triste, se me desprendieron leves, casi con timidez, tres hojitas secas.
Hoy he visto que todavía quedan algunas firmes y aterciopeladas. La sombra del verano es larga y se empeña en proyectarse más allá de su tiempo, pero terminará por tener que irse.
Así que las hojas de esta mañana se desprenderán y caerán también, discretas, sin ruido.
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