Primavera en enero
Al calendario
hoy le han salido hojas…
¿Es primavera?
Esto de que el año comience en invierno se me hace raro. Tendría ya que estar acostumbrada después de más de medio siglo en este planeta y en este hemisferio, pero no me hago a ello.
Por pusilánimes que se estén volviendo los inviernos madrileños, no dejan de serlo. Es preciosa la luz del sol invernal, pero no es la primavera.
Incluso en la ciudad, se nota cuando vuelve a brotar la vida, por constreñida que esté la pobre en las jardineras y los alcorques, o por atufados de humo y bocinas que estén los trinos.
Ahhora, en enero, lo únnico que aquí renace es el calendario. No será una planta viva y sus hojas cuadradas y pálidas, impresas con letras y números, no tendrán ningún aroma propio ni un verdor lleno de matices, pero son en verdad lo más importante: una sugerente promesa de tiempo y de vida. Ojalá seamos capaces de aprovechar la intangible y delicada savia de estas hojas y, a medida que pasen, sentir que no hemos desperdiciado ni una gota de ella.