Un sueño con serpiente
Sueño con serpientes. Y realmente sueño con serpientes. Mejor dicho: esta noche he soñado con una serpiente.
En mi sueño, yo la llevaba metida en una funda de plástico translúcido y un poco rígido, como esos de los sobres portafolios. Esto le impedía crecer. Sin embargo, no recuerdo por qué, la saqué de la funda para enseñársela a alguien, sin preocuparme de cuánto podría desarrollarse, sin considerar siquiera que tal cosa pudiese llegar a ser un problema.
Así que, en principio, el crecimiento de la serpiente fuera del plástico donde yo la guardaba no era en el sueño ni bueno ni malo. Sin embargo, una vez fuera, la serpiente creció demasiado. Se alargó y engordó tanto que era casi tan ancha como yo misma (aunque tampoco es que una dé para mucho, la verdad).
A pesar de su tamaño, mi serpiente no atacaba a nadie. Era tranquila y pacífica. Yo me la ponía por encima de los hombros como si fuese una estola y ella se dejaba hacer blanda y dócilmente.
Pero, de todos modos, había quienes temían ser mordidos y envenenados mortalmente por ella. Sin embargo, en ese sentido, yo estaba muy tranquila. Sabía que eso era imposible, ya que se trataba de algún tipo de boa constrictor. Para mí el único peligro -más bien remoto- es que le entrara hambre y se nos tragase a alguno.
Poco a poco la gente se fue acostumbrando a verme con la serpiente encima y dejaron de tenerle miedo. Lo siguiente fue que, en cierto momento, alguien osó morderla suavemente para ver qué hacía.
En principio mi compañera permaneció indiferente, pero la persona insistió hasta que ella no pudo más y le dijo seriamente y en un tono cortante: “No me muerdas”. Y, como la insensatez humana es infinita, volvió a morder y la serpiente a repetir: “No me muerdas”.
Yo estaba impresionada y sorprendidísima porque no tenía ni idea de que la serpiente hablase.
La persona mordedora también se sorprendió y parece que le hizo gracia la cosa. Divertida y relajada ante una serpiente parlante pensó que no había peligro y estaba a punto de seguir con el jueguecito, cuando yo lo impedí. Me di cuenta de que, si había mordisco humano, habría otro inmenso y definitivo que se tragaría tanta osadía.
Me alejé tranquila con mi boa parlante, pensando que era una pena haberla tenido tanto tiempo en esa funda tan fea, sin saber que podía hablar con ella, preguntarle cosas y aprender de su sabiduría.
Y, cuando iba a intentar comunicarme mejor con mi lacónica acompañante, me desperté.
Pues, casi lo que decía al principio: un sueño con serpiente. La de esta noche ha sido una enorme boa paciente, sabia y peligrosa, de la que estoy segura que podría aprender muchísimo. ¿Volverá?…
Interesante, Marimer. Bueno, pues a ver si vuelve…, a alguien sabio y paciente está bien tenerlo cerca. Lo de peligroso ya gusta menos, ¿no?
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Bueno, ya sabes… Esto va en gustos. A mí lo de peligrosa es casi lo que más me gusta
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Una boa abrazada a tu propio cuello, aunque sea sabia y parlante, aunque muestre infinita paciencia como la tuya, no deja de ser un peligro para uno mismo, puede inopinadamente estrangularnos en cualquier momento, por hambre, por aburrimiento, por instinto. ¿Es la ira contenida una serpiente que parece defendernos pero que al estallar puede devorar al de enfrente pero también a nosotros mismos? ¿Es el miedo un ofidio que nos da falsa sensación de seguridad? ¿Es nuestra propia conciencia esa serpiente que nos habla, que no le gusta ser mordida por otros, que crece cuando se la da libertad? Dinos, Mercedes, ¿quién es esa serpiente? Y tú, ¿no serás Eva, verdad? Que a mí me gustan mucho las manzanas, y la sidra….
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¡Ay, Fernando, que me has dejado sin palabras! Muchas gracias por tu comentario que es más interesante que la entrada que lo ha provocado. Quisiera responderte, pero no sé qué decir… En todo caso, para mí las serpientes tienen un valor positivo, a pesar de su mala fama. precisamente de todo lo que he escrito mi cuento favorito está dedicado a una cobra muy especial. En fin, que si tengo que elegir, me siento más identificada con la serpiente que con Eva, aunque mi imaginación, cuando pienso en los ofidios, no me lleva a terrenos bíblicos, sino a esas serpientes sabias de la mitología oriental y a los nagas benéficos. También es cierto que, según el horóscopo chino, servidora es del signo de la serpiente, así que todo queda en casa…En cuanto a tu gusto por la sidra, tal vez podamos tomarnos una juntos antes de lo que piensas…
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Dejad tranquilos a los Ovidios que mi padre no se mete con nadie
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