Palmeritas de anís
… Y es que a veces a una le da nostálgica y vuelve a los sabores y los olores de la infancia, los más conocidos y los más evocadores.
Esto me ha pasado con mi última versión de las palmeritas de hojaldre que, por cierto, es la que más veces he hecho ya.
No es sólo un gusto comerlas -que lo es-, sino el olorcito a masa con anís horneándose que deja en toda la casa.
Ah, y una importante salvedad: todas las recetas que he puesto hasta ahora que llevan hojaldre como base, las he realizado con el que venden refrigerado, no con el congelado, salvo una única vez que sí compré éste último y el resultado deja mucho que desear con respecto a los otros. es curioso porque en alguna ocasión, cuando he visto que el refrigerado se me podía pasar de fecha, lo he congelado yo misma y las palmeritas han salido estupendas igualmente.
Hace unos días me llamó la atención que mi hermano me comentase que la receta de los croisantes le había salido fatal, que se le habían quedado duros. Yo no me lo podía explicar, pero, si es que usó un hojaldre de este tipo, me temo lo peor…
Aparte ya de preliminares, vamos con el asunto «Palmeritas de anís».
Ingredientes:
1 lámina cuadrada de hojaldre refrigerado (no me gusta dar marcas, pero con el de Mercadona salen para chuparse los dedos)
1 copa de anís dulce
2 cucharadas de azúcar
2 cucharadas de semillas de hinojo o de anís, previamente machacadas (tras la sabia sugerencia de María Jesús y de Víctor, que se hartaron de ronchar semillas duras, con razón. también sale bien con sésamo).
Proceso:
Extender la lámina de hojaldre y pintarla bien con el anís.
Extender por encima un poco de azúcar y las semillas que hayamos elegido.
Empezar a enrrollar ambos extremos de la masa, de tal manera que, al final, queden dos cilindros iguales unidos por el centro.
Cortar el doble cilindro en rodajitas de un dedo de grosor que hay que ir colocando en la bandeja del horno, sobre el papel de hornear, que así no ensuciamos nada.
Una vez ahí instaladas, las aplastamos un poco con la mano para que queden más planitas, y le damos otra manita de anís y unos toques de azúcar para que caramelice al hornear.
Mientras tanto, hemos estado precalentando el horno a 190 grados, y a esa temperatura metemos la bandeja de las palmeritas y las dejamos de 15 a 20 minutos.
Con este poco trabajo, este poco lío de cocina e ingredientes sencillos, tenemos unas palmeritas con las que disfrutaremos y quedaremos de perlas, si es el caso.