Amistad (Haiku)
Como proa de luz,
al abrirse la puerta,
una sonrisa.
Compuse este haiku el año pasado por estas fechas para ofrecérselo como homenaje de amistad y cariño a mi buen amigo José María, compañero fiel de sesiones y sesiones de meditación, desde hace ya varios años.
Se me nota aquí la vena huidobriana, como en algúna otra entrada, con los ecos de dos de los versos finales del Canto II de «Altazor»:
Y ese beso que hincha la proa de tus labios.
Y esa sonrisa como un estandarte al frente de tu vida.
Estas imágenes, grabadas en mi memoria desde hace ya tantos años, se me aparecen y se moldean a la situación que sea. El Canto II es un bellísimo poema de amor escrito por mi adorado Vicente Huidobro a su amada Ximena Amunátegui, convertida por él en la mujer por excelencia, la encarnación física y la manifestación más excelsa y espiritual de lo femenino. Creo que es de pura (e insana) envidia, por lo que tengo tan presente este poema siempre (¡ay…!).
Claro, en este haiku, a mí se me aparecen y recrean estas mismas imágenes, pero esta vez como un reflejo del entusiasmo y la nobleza de un gran amigo, cuya sonrisa franca y luminosa es su tarjeta de presentación en cada encuentro.
(En cuanto a la música, «El oratorio de Navidad» de Bach, viene al caso, no solo por las «fechas extrañables» que se avecinan, sino porque es el compositor favorito del homenajeado.)