¡Rompe la taza!
Restos de té
Sin ayer ni mañana.
¡Rompe la taza!
Desde muy joven me aficioné a distintos métodos para conocer el futuro: las tiradas de baraja española, de tarot, la lectura de las rayas de la mano y cualquier otra cosa que me hiciera sentir que controlaba la vida. ¡Qué ilusa! ¡Si hasta tengo bola de cristal!
Bueno, todos estos métodos también sirven para ver el pasado, para conectar lo que ha sucedido con lo que vendrá, pero a mí, la verdad, lo que ya ha ocurrido no me interesa demasiado. Como dice don Hilarión en “La verbena de la Paloma”: “¡Quién tuviera veinte abriles y lo pasao, pasao! ¡Y pa pasao yo!”
Pensándolo bien, es que servidora nunca ha sido de Historia. Cuando terminé COU e hice la dichosa Selectividad, había que decidirse y poner varias opciones de carreras que te interesaba cursar. En primer lugar coloqué Filología Hispánica y ahí me quedé. La segunda opción era Filosofía. De la tercera no me acuerdo, pero estoy segura de que no era Geografía e Historia, porque ninguna de esas dos insignes disciplinas me interesaba.
Pero me estoy liando y yéndome por algunos cerros pelados y pedregosos que no vienen al caso. Lo que quería contar es que el otro día, junto a una taza de té que había terminado hacía rato, sentí que yo era como esa misma taza, vacía de futuro y con restos de pasado. Me di cuenta de que en mis obsesiones siempre está el ansia por controlar lo que vendrá y el dejar fosilizarse lo que pasó.
Nunca he tenido ni idea de cómo se interpretan los restos del té en una taza, pero ya no me interesan los métodos de adivinación, porque, por mucho que se lean cartas o rayitas, he aprendido que la vida está fuera de control. Ahora lo que Sí que pretendo es aprender a cultivar la paciencia, que es una plantita muy delicada, y sacarle provecho a los instantes que se van sucediendo.
¡Qué pena esta lucha de estar siempre dándole vueltas a los recuerdos y a las preocupaciones de lo que vendrá! ¡Qué trajines tan vanos!
Tras todo esto Mi propósito no es romper mi taza favorita después de tomar el té, sino fregarla cuidadosamente para que ni el pasado ni el futuro se le queden pegados en su interior.
Pues estás muy filosofica para no haber querido hacer filosofía. La taza vacía está llena de pasado y abierta al porvenir.
Impresionante haiku, me ha hecho estremecer
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¡¡¡¡Gracias!!! ¡¡¡Qué bien!!! Debe de ser el calor, que me está trastocando…
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Nos está trastocando a todos
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Me siento algo partícipe de esta publicación, pues recuerdo aquel periodo en que me contaste tu interés por la adivinación del futuro
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¡Claro que sí! y Lo recuerdo muy bien. Sin mucha técnica de adivinación se podía prever que aquellas tardes tan agradables llegarían hasta hoy. ¡Gracias por leerlo y por comentarlo!
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¡Qué interesante reflexión! Y qué bueno que laves con delicadeza tu taza y esté ahí, enterita y disponible, para tu próxima infusión, ya sea té o alguna de estas bebidas ricas que nos preparamos para sobrellevar los calores. Cada vez pisas con más confianza y quizá con más entrega también. Grandes aprendizajes. Cómo te admiro y te quiero, amiga.
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¡Gracias, querida! Me alegro de que te haya gustado y mucho más de tu amistad y tu cariño que compartimos.
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